HoloDecon

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HoloDecon es una experiencia que se sitúa en la intersección de la tecnología, el sueño y la filosofía budista de la impermanencia. Esta instalación de realidad transgredida se basa en la idea de que la tecnología puede ser utilizada para deconstruir nuestra percepción de la realidad y transportarnos a una dimensión onírica, donde la realidad se disuelve en un mundo de píxeles luminosos al observar la impermanencia de los objetos.

En la filosofía budista, la impermanencia es un concepto fundamental que se refiere a la naturaleza cambiante de todas las cosas. Todo lo que existe, incluyendo nuestros propios pensamientos y emociones, está en constante cambio y transformación. La meditación budista busca entrenar la mente para ser consciente de la impermanencia y aceptarla como parte de la naturaleza de las cosas.

HoloDecon es una invitación a explorar esta impermanencia de la realidad a través de la tecnología. Al deconstruir nuestra percepción visual y auditiva, nos invita a cuestionar la solidez de la realidad y a sumergirnos en un mundo en constante cambio y transformación. Los objetos cotidianos se vuelven abstractos y las formas se desvanecen en un mar de píxeles. Holodecon es un término que proviene de la combinación de "holos" y "deconstrucción", y se refiere a un dispositivo de percepción interferida que permite observar ambientes tridimensionales utilizando tecnología obsoleta. Esta tecnología crea una apariencia de hologramas que pueden ser percibidos por el usuario.

La experiencia que ofrece Holodecon es única, ya que al utilizar tecnología obsoleta, se genera una especie de "encanto" que nos remonta a épocas pasadas y nos hace cuestionar la naturaleza de la realidad y cómo ésta se construye a través de nuestras percepciones y experiencias.

Además, el concepto de deconstrucción en Holodecon se relaciona con la idea de desmontar y volver a construir los elementos que conforman nuestra percepción de la realidad. Al utilizar tecnología obsoleta para crear una apariencia de hologramas, estamos deconstruyendo la idea de que la tecnología moderna es la única capaz de crear experiencias de realidad aumentada en este caso la transgresión de la realidad .

La especulación de esta investigación inició un día previo a un retiro de meditación. Estaba utilizando la cámara de mi teléfono celular (previo a los smartphones) colocando un lente cuenta líneas en la pantalla. El teléfono tenía una cámara de muy baja calidad. Estuve observando un pequeño árbol ficus, la resolución de la pantalla me permitió observar unos píxeles dimensionados, una matriz de luz.

Es reconocido cómo el uso de la tecnología influye en el contenido de nuestros sueños. Antes del cine, los sueños eran lineales; posterior al cine, soñamos con encuadres, ángulos y movimientos de cámara. Durante el retiro budista, la impermanencia fue uno de los principales factores de estudio. Tuvimos largas caminatas de contemplación en la naturaleza, atendiendo los estados transitorios de la existencia. Pasé largos momentos observando un arbusto con flores naciendo, otras con su fruto emergiendo, maduro y pudriéndose, otras flores ya estaban secas.

Durante la última sesión de meditación, inicié un proceso de hipnagogia al que accedí de manera lúcida. Empecé a observar ramas rizomáticas como con una visión macro con alta profundidad de campo. La lejanía y la proximidad estaban completamente en foco, eso fue lo que me hizo percatarme de que estaba en un sueño y estar lúcido en él. Cuestionar la nitidez de la imagen y el foco constante me hizo dudar de esa realidad. Al principio solo observaba las plantas en un fondo negro, pero cuando tomé la lucidez, empecé a observar hojas verdes, como de una vid. Estaba dentro de un viñedo que era un laberinto. Empecé a observar ramas de uvas que colgaban del techo de hojas. Estas fueron sustituidas por flores exóticas de colores muy vivos, algunas flores secas y otras que parecían de plástico. Este pensamiento me llevó a observar chácharas, objetos de todo tipo tratando de vencer a la entropía. La intensidad de los colores y las formas era muy especial. Avanzaba en el laberinto y todo se empezó a poner muy blanco, hasta que toda forma desapareció y estaba en un vacío del blanco más puro. Sentí que alguien ponía una flor blanca en mi mano, al cerrarla, esta se desvaneció en un fino polvo que escurrió de mi mano. En ese instante sonó la campana del fin de la meditación y me di cuenta de que había cerrado mi mano. Me recosté de lado en completa plenitud.

Al volver a mi estudio, comencé a desarrollar HoloDecon basándome en esta experiencia. El haber experimentado con la cámara de mi teléfono antes del retiro fue lo que provocó de manera espontánea la experiencia onírica en la hipnagogia. Una parte importante de mi investigación artística es la relación perceptiva de los espacios onírico, concreto y digital. Comencé a especular sobre cómo la tecnología había iniciado una experiencia inmersiva en mi estado de hipnagogia y si era posible compartir esa experiencia con el uso de esta tecnología.

Instalación:

Los usuarios utilizan unos lentes para explorar una habitación. Estos lentes están construidos con un par de teléfonos Samsung que fueron hackeados. Utilizando la cámara del teléfono, se colocó un lente frente a la diminuta pantalla, que tiene una resolución muy baja. Al ser dos imágenes independientes, una para cada ojo, la mente reconstruye una imagen tridimensional. Al observar tan de cerca la pantalla, la imagen es una matriz ampliada de píxeles luminosos que dan la apariencia de ser una especie de holograma. La velocidad de proceso de estas cámaras de teléfono es muy lenta, lo que produce un barrido con el movimiento. Los usuarios tratan de entender esta nueva realidad. El cuarto está lleno de distintos objetos que cuelgan del techo, macetas con plantas vivas, flores recién cortadas, flores secas, flores de plástico y una variedad de objetos curiosos obtenidos de mercados de chacharas relacionados con la impermanencia. El cuarto es oscuro y los lentes tienen una lámpara de cada lado. La experiencia del usuario es de inmersión, al recorrer el espacio tratan de identificar estos objetos y reconocerlos. Al oprimir un botón que está en el casco, se activa una serie de filtros a la imagen que vuelven más abstracta la experiencia.

Los usuarios al moverse por la habitación, modifican el entorno sonoro utilizando un sensor ultrasónico. La pieza sonora es una colaboración con Manrico Montero.

Durante el retiro, experimenté con la contemplación meditando con sonidos. Llevé una selección de pistas sonoras realizadas por Manrico para su sello Mandorla. Fue una parte complementaria del proceso que me llevó a ese estado perceptivo.

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La literatura de ciencia ficción ha sido uno de los primeros procesos artísticos transdisciplinarios que han explorado la relación entre la tecnología, la ciencia y la especulación sobre la realidad. A través de los libros, las páginas y las palabras son interfaces que se desvanecen , la narrativa nos da el acceso a realidades imaginarias y especulativas, una realidad que sucede en el onírico del autor , se materializa en el espacio concreto en forma de libro, activando la imaginación del lector para explorar mundos ¨virtuales¨.

La virtualidad en los sueños y la imaginación se refiere a la capacidad de crear y experimentar realidades ficticias o imaginarias en nuestra mente. Se construye a través de procesos cognitivos complejos que implican la percepción, la memoria, la atención y la creatividad.

En este sentido, varios autores de ciencia ficción han especulado sobre la posibilidad de inmersión en realidades simuladas, explorando sus posibles alcances y problemáticas. La simulación de realidad ha pasado de ser una narrativa especulativa a experiencias actuales que utilizan sistemas de cómputo complejos y dispositivos de visualización para lograr inmersiones cada vez más presenciales.

La lucidez de la percepción es un tema que ha sido explorado por diversas corrientes filosóficas y espirituales. Desde el budismo, se nos enseña que la ignorancia y el apego son las causas principales de nuestro sufrimiento. Nos aferramos a nuestras percepciones y creencias como si fueran verdades absolutas, y esto nos lleva a la confusión y al engaño. Por lo tanto, la meditación y la contemplación son prácticas que nos ayudan a despertar a la realidad y a ver las cosas tal y como son.

En la vida cotidiana, solemos estar distraídos y desconectados de la realidad. Nuestras mentes están ocupadas con pensamientos, preocupaciones, miedos y deseos, lo que nos impide percibir la realidad de manera clara y objetiva. Sin embargo, la experiencia de HoloDecon nos invita a conectarnos con la realidad de una manera más profunda y multidimensional.

Esta instalación nos permite experimentar tres estados perceptivos diferentes: el onírico, el concreto y el digital. La experiencia onírica se refiere al mundo de los sueños, donde nuestra mente puede ser más creativa y simbólica. El estado concreto se refiere al mundo material y físico que nos rodea, con objetos que podemos ver, tocar y sentir. Finalmente, el estado digital se refiere al mundo de la tecnología y la realidad virtual, donde podemos sumergirnos en entornos artificiales pero convincentes.

A través de esta experiencia, podemos aprender a percibir la realidad de una manera más completa y profunda, conectando estos tres estados perceptivos y experimentando una realidad más rica y significativa. Además, al utilizar la tecnología inmersiva, la experiencia se vuelve más intensa y visceral, lo que nos permite sumergirnos más completamente en la experiencia y conectar con la realidad de una manera más profunda.

En la realidad física, el presente se nos presenta como un escenario dinámico en el que todo cambia constantemente, en el que el tiempo fluye y las cosas se transforman ante nuestros ojos. Es un mundo de texturas, olores, sonidos y sabores que se funden en una sinfonía de sensaciones que nos conectan con la vida misma.

En el mundo virtual, el presente se manifiesta en la pantalla, en la interacción con la tecnología y en la inmersión en realidades simuladas que nos transportan a mundos simulados. Es una experiencia cada vez más presente en nuestra vida cotidiana, en la que podemos crear y experimentar realidades ficticias que nos permiten explorar nuevas formas de ser y de estar en el mundo.

En los sueños, el presente se convierte en un universo onírico en el que la mente se libera de las ataduras de la realidad física y se adentra en mundos de fantasía y de imaginación. Es una experiencia en la que la lucidez nos permite tomar el control de nuestros sueños y crear realidades que nos transportan a lugares inimaginables.

En todos estos estados de percepción, la lucidez es el factor clave para despertar a la realidad, para estar verdaderamente presentes y experimentar la vida en su plenitud. Es un llamado a vivir con intensidad cada momento, a dejarnos sorprender por la belleza del mundo que nos rodea y a crear nuevas formas de ser y de estar en el aquí y el ahora.

Bruce Sterling

Afecto Material Exhibition 2016

La tecnología tiene un impacto significativo en nuestra capacidad perceptiva, lo que influye en la construcción de nuestro entorno onírico. Nuestra percepción de los objetos y entornos se basa en la experiencia de sus propiedades, ya sea a través de nuestros sensores biológicos o de interfaces tecnológicas que mejoran nuestra capacidad sensorial. Esta situación presenta una paradoja en la comprensión y validación de la realidad, que fluye a través de distintos procesos energéticos, pero se percibe como una construcción no accidental dentro de un contexto de orden caótico con un principio y un fin.

La construcción de los objetos depende de principios autónomos o dependientes de otras autonomías, y su designación de materialidad se nutre de su dicotomía relacional entre la existencia y la nulidad. El entorno y los objetos son dinámicos y fluctúan, y su materialidad está íntimamente relacionada con nuestra percepción y comprensión del mundo que nos rodea.

La realidad se construye a través de la sinapsis activada por la fluctuación directa de información captada por nuestros sensores o por la lucidez proveniente de la actividad nemónica colectiva. En general, nuestra capacidad perceptiva se ve afectada por la tecnología, lo que nos lleva a cuestionar la naturaleza de la realidad y cómo la construimos a través de nuestras percepciones y experiencias.

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